domingo, 31 de enero de 2010

Apocalypse Now


I.

Y el cielo y la tierra ardieron en las llamas en que los ángeles caídos eran quemados por los dioses. "Yo tengo las llaves de la muerte y del Hades". Se escuchó una voz que trataba de sobresalir de entre los gritos de horror y el olor de la podredumbre.

II.

Miles de espadas de fuego se blanden al horizonte, creando rayos, truenos y relámpagos al chocar en medio de la lucha. La tierra del hombre tiembla, se mece, mientras volcanes y montañas explotan en mil virutas de lava, cenizas y azufre, dejando a su paso solo huesos corridos, árboles sin cimiento y ríos de sal ensangrentada.

III.

Un tenue rayo solar atraviesa aquel cielo carmesí, iluminando al último ser sobre la tierra. Aquel que fue condenado a andar sobre su pecho y morder el polvo. Y se oyó de su boca: "Las siete trompetas han sido tocadas. Ahora es el turno de la serpiente condenada, que ahora os sentencia al vacío.

IV.

Se veía que de sus fauces salía fuego y su lengua era de oro fundido mientras llamaba al fruto de su traición a la faz del mundo. Eva nació de entre las sombras, con siete cabezas y diez cuernos. De su boca salían ácidas llamas; y destruyó al hijo del hombre, el mismo hijo que había crecido en su vientre.

V.

Ahora el salvador es quemado y echado a los leones. Su santo sudario ya no es prueba de su existencia. Su divinidad ya no es infinita. Ha sido traicionado, vencido, crucificado, muerto y sepultado, y ahora ya no es más que otro mortal que muere en las manos de aquel que lo creó.

VI.

Ángeles, dioses y mortales sollozan de dolor al ver al único inmortal caer a los pies de aquella su progenitora y traidora. Un grito de horror se escucha a lo lejos, uniéndose al crepitar de las llamas del infierno que subió a la Tierra Prometida. "Todo ha terminado, señor; perdóname, pues no sé lo que hago".

VII.

Y una última explosión retumbó en el Edén. Miles de pedazos se reparten violentamente hacia los cuatro puntos. La sangre, ácida, quema todo lo que toca; y así la lucha termina. Ahora la tierra es como en el principio.

EPILOGO.

En un rincón, solo y desolado, con una pequeña rama de olivo entre sus tersos dedos, Dios se estremece al ver concluida su obra.



"Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera que tomare la marca de su nombre". Apocalipsis 14:11

1 comentario:

  1. Lo dicho, el poeta finalmente termina siendo un profeta y su vos es estruendo... que te puedo decir, se necesita creer mucho en Dios para tomarse las molestias de interntar negarlo... ni satanas hace esa labor, la apuesta es en otra esfera donde el bien y el mal se preceden, en cuanto al hombre es la ignominia y la soberbia la que lo llevan a su propia destrucción y el dios que ves con olivos entre sus manos no es nada mas ni nada menos que un falso dios antropomorfizado que no sabiendo crear lo unico que le queda es destruir y alli esta su obra...

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